No recuerdas a tus
padres, muertos en Creta tanto tiempo atrás, solo recuerdas tu infancia entre
los muros del castillo Hospitalario en Rodas, donde Atanasio te enseño el arte
de la espada y el amor a Dios, te enseño como Dios le otorga dones a ciertos
hombres para limpiar el mundo de la oscuridad, y amaste tu causa. El amor
juvenil, los deseos de viajar y conocer, los sueños de riqueza, desaparecieron
ese dia cuando viste la Vera Cruz, sentiste su poder, sentiste la sangre de
Cristo ahí, no podías entender como una reliquia tan valiosa se encontrara ahí,
en la frontera con los infieles, con el tiempo creciste, y te hiciste viejo,
mientras viajabas por Europa oriental limpiando los lugares, cuando te llego el
mensaje que el sultan el imperio Otomano pensaba en tomar Rodas, sin pensarlo, tú
y tu amigo de armas, el fiel Rossard, viajaron hasta Rodas, solo para presenciar
la caída del ultimo bastión oriental de la iglesia romana , la vera cruz había
perecido.
Estuvieron semanas buscando las reliquias, pero la más
importante no fue hallada, muchos de tus hermanos de armas tenían esperanzas de
que hubiera sido robada, por ultimo no fue destruida… pero en tu interior creías
que había sido quemada con todo. Tu y tus hermanos escucharon de la ubicación de
una importante reliquia, una que podría darle fuerza nuevamente a la orden, había
sido llevada siglos atrás por un rey francés, y había sido extraviada en
Normandia, no había tiempo que perder, junto a Kristinne, Rossard y tu maestro
fueron en busca de aquella reliquia, aquel objeto sacro que salvaría su Causa.